Flores secas en la historia: de rituales antiguos a decoración moderna
Las flores secas han acompañado a la humanidad desde tiempos ancestrales, siendo mucho más que simples elementos decorativos. Acompáñanos en este breve recorrido, en el que exploramos su fascinante uso a través de distintas épocas y culturas.
El origen de las flores secas en las culturas antiguas
El uso de flores secas se remonta a miles de años atrás. En muchas culturas antiguas, las flores secas no solo eran objetos decorativos, también tenían un significado espiritual profundo. Exploremos cómo su uso y simbolismo han evolucionado, reflejando aspectos profundos de la espiritualidad, la cultura y la comunicación humana.
Egipto: flores secas para la eternidad
En el Antiguo Egipto, las flores secas formaban parte de rituales funerarios y de momificación. Se creía que flores como el loto y el lirio, colocadas junto a las momias, ayudaban a guiar el alma en su viaje al más allá. Este uso ritual destacaba su simbolismo de vida eterna y renovación.
Grecia y Roma: ofrendas sagradas
En las civilizaciones griega y romana, las flores secas eran ofrendas a los dioses y se utilizaban en rituales religiosos. Guirnaldas de flores secas decoraban templos y altares, simbolizando pureza y devoción. Su capacidad para perdurar reflejaba una conexión espiritual con lo divino.
Edad Media: protección y perfume
Durante la Edad Media, las flores secas como la lavanda y el romero, se consideraban amuletos contra enfermedades. Se usaban en "pomanders", pequeñas bolsas perfumadas, que se llevaban colgadas para protegerse de plagas y malos olores, reforzando su valor práctico y místico.
Era victoriana: el lenguaje de las flores
En esta época, el lenguaje de las flores, o floriografía, se utilizaba como un medio secreto de comunicación entre personas, especialmente amantes, cuando los sentimientos no podían expresarse abiertamente. Cada flor tenía un significado específico, y la combinación de flores en un ramo podía transmitir mensajes muy complejos. Las flores secas también formaban parte de este código secreto, aportando significados adicionales basados en su color, tipo, y estado.
Por ejemplo, las margaritas secas representaban la inocencia o la lealtad, pero también podían sugerir “mantén la fe”, o el romero, cuando se regalaba seco, indicaba la memoria eterna o la fidelidad. Se entregaba a menudo en ramos a personas queridas para simbolizar que nunca serían olvidadas.
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